jueves, 10 de marzo de 2011

Finale!

Y qué tal si hacemos una tregua, un final que borra lo malo y deja solo lo bueno, mirá que estoy dispuesta a olvidar estas rencillas estúpidas, mirá que estoy dispuesta a celebrar este devenir de cosas, ya olvidé el título de cretinas que tenían todas ellas, aquellas que siempre se metieron en nuestra lejana y maravillosa relación, he aprendido a entender que no eras para mí… ni yo para ti, por eso celebro que hayas abierto tu vida nuevamente, bienvenidos todos a tu camino.

Después de todo, el lazo fuerte entre los que son nunca se deshace, ya no hay más culpa en mis manos, porque felizmente han regresado a tu vida mutuamente, ya no hay odio, ni rabia alguna, solo la paz que inunda mi alma, porque ya no hay enemigos, ya no hay más mentiras tras las cortinas, ya no hay presencias en mis sabanas donde alguna vez tú y yo existimos, ya no hay más desconfianza y miedos.

Tú estás libre para siempre, distante de las condiciones inútiles e insensatas, pido perdón por tan humillante pago ante tus errores. Mi nombre es distinto ahora, mi alma es de otra madera como dicen por ahí, aprendí todo lo bueno que supiste darme, ya olvidé todos aquellos detalles que nos fueron alejando poco a poco del que era nuestro universo.

Mis últimas palabras son de gratitud ante tan innumerables momentos llenos de amor. Buena vida para ti peregrino, me voy para siempre con la certeza que encontraras a la idónea musa de tus sueños y que las huellas de este amor tan complicado sean olvidadas para siempre.

Lyra

Escribir

Para escribir no hacen faltas las alegrías y penas,
Porque el lápiz te encuentra en la intimidad del pensamiento,
Para escribir no hace falta el amor duradero,
Porque el papel se transforma en el mejor amante.

Para escribir no necesitas del cielo estrellado,
Porque en el alma se guarda todo el universo,
Para escribir no necesitas ver el significado de lo hermoso,
Porque la imaginación hace de lo ordinario una maravilla.

Tomar la pluma, el lápiz, la ceniza para escribir,
Es un acto intrínseco del alma acorralada por la rutina,
Es la llave para liberar y dejar escrito los pensamientos que se escapan,
Es como un jardín lleno de lo que no podemos entender.

La primera palabra desata una avalancha de sensaciones,
Como incandescentes libélulas bordean nuestra libido,
Elevan nuestra existencia y nos llevan a parajes sublimes,
Estados únicos de esa relación insuperable con nuestro espíritu.

Y al final de ese viaje fantástico lleno de existencialismos,
Acabamos sentados en la misma silla,
Con una pluma inmóvil y un pedazo de papel manchado,
Preguntándonos si volverá pronto la musa indicada,
Que nos provoque asesinar otra hoja en blanco.

Mientras se espera el regreso de otro viaje,
El papel salpicado de mil palabras vaga por ojos ajenos,
Pasa de mano en mano recopilando otras historias,
Dejando huellas… Iluminando otros sentimientos,
Se aleja de su cuna para conquistar otros mundos.


Escribir, puede que sea el aprendizaje más sublime del ser, tanto como hablar, tanto como dudar de la vida.

Lyra

martes, 8 de marzo de 2011

Sabia de...

Sabía del que rumoraba entre las ventanas,
Su rostro oculto tras las luces lejanas susurraba cada vez más fuerte,
Entre sus dientes alojaba ninfas que volaban más allá de las intrigas,
Sus palabras fueron el ventarrón que elevo mis plegarias.

Sabia del que lloraba tras la silla olvidada,
Acurrucado entre sus sollozos todavía soñaba,
Cada lágrima que recorría su rostro hacía de su olvido el consuelo,
Encogido seguía creyendo en promesas inexistentes.

Sabía de la ávida tejedora de historias tras mi cama,
sus palabras llenaron sueños ajenos noche tras noche,
sus manos translucidas guiaban los eslabones de una historia sin final feliz,
siempre cuido de señales olvidadas y retazos del destino.

Sabía de todos ellos mientras jugaba con la pluma,
Sabía que estaban allí mientras escribía las últimas letras,
Sobre un papel que se esfumo con el tierno adiós,
Un papel que se llevó un final feliz en medio de tejidos, sollozos y rumores.

Lyra

lunes, 7 de marzo de 2011

Camino

Camino entre los cuerpos que siguen mirando un horizonte sin salvación, camino en contra de su viento que solo habla de mejores tiempos, camino sobre sueños rotos como espejos sin reflejo, viajo a un lugar desconocido, sin sombra que acapare mi caminar… solo… sola yo.

Entre mil universos, entre mil caras que recorren este cuerpo superfluo, que camina entre pilares de odio, que vaga entre la mansedumbre que celebra su miseria, aquí estoy en pie, viva como nunca antes, viajando en contra de todos los ciegos caminantes de la rutina, ávida de amor, de felicidad, porque sé que se pierden mil veces pero se gana la última.

El viento sopla con más fuerza en estos tiempos de caos, la lluvia prepara la hermosa entrada del que todo lo ve, donde estaré, mis pasos son más sabios que mis labios, camino como una ermitaña en búsqueda de la paz total, en búsqueda de la quietud en medio de estos momentos de alboroto.
Aquella casa de ébano, junto al gran lago azul, con su chimenea fulgente… espera mi llegar!

Candilejas

Candilejas rojizas que iluminan la calle de mis pasos,
Un camino iluminado por preguntas sin respuestas,
Donde las alas rotas se disuelven con los adoquines que juegan con mis pasos,
Donde risas lejanas solo se escuchan en silencio,
Mientras el pasar de los momentos fluye en lo más siniestro.

Candilejas que alumbran vanamente este caminar,
Luces que dilatan su luz en busca de cerrar una herida suspendida por la rabia,
Candilejas de luz cobriza que iluminan mis manos llenas de engaño,
Luces de fuego que queman todo el dolor por el que he pasado,
Allí están para difuminar esta alma que necesita una nueva piel.

Al final del frío y oscuro camino siempre ha estado allí,
Mi caballero andante… que en silencio ha sabido esperar este encuentro,
Sus rizos ligeros como el viento y brillantes como el sol,
Me recuerdan que ha venido a quitarme el peso del amargo desengaño,
Con sus manos ha desvanecido todo lo que había en el pasado,
con sus lágrimas ha limpiado una a una las heridas de esta alma.

Candilejas mis adoradas candilejas,
Siempre supe que era él quien colocaba la luz cuando parecía extinta,
Ya no hay más lágrimas, ni rumores, ni mentiras…
Ahora solo están sus cálidos brazos que llevan mi andar sin miedo,
Solo queda la tranquilidad que anhele siempre,
Vuelve… vuelve la Isis pérdida entre las mentiras.


IO solo Io