lunes, 16 de mayo de 2011

Paredes

No hablan más estas tristes paredes,
Tan blancas como tu consciencia,
Se hunden una a una en el pérfido descaro,
Retumban como tu risa lejana… tan sarcástica como el último beso.

Hoy no escucho los retoques de tu apacible sueño,
Las llaves se perdieron en una ciudad empañada y viscosa,
Grito fuera de estas ruinas para detener el odio en mis venas,
Trituro con mi puño estos retazos de ti en mi cabeza y mi piel.

No hablan más tus aves mensajeras,
Los cuervos las han devorado una a una,
Solo quedan sus ojos… cristales del oráculo,
El altar de esta memoria sabe olvidar el ardiente fuego de mi rabia.

Caminaré lejos de este paraje confuso,
Juro olvidar cada uno de tus rastros sobre mi almohada,
Ahogare cada eco de tu voz en mi melodía,
Como el polvo serás llevado lejos de mi hogar,
Lejos donde ya no hagas más daño que el de una aguja en mi dedo.

Ciegos van, ciegos se alejan y caen,
Mi alma rota y helada camina en dirección contraria,
Camina hacia la tormenta que se alza en el sur,
Poco miedo queda en estas venas vacías.

Siento gota a gota este destilar de odio y dolor,
Me quedo en esa cama blanca y llena de rosas marchitas,
Al amparo del que todo lo ve y hace,
En sus ojos he dejado todo lo que soy y seré.

Cierro mis ojos de nuevo frente al ocaso inminente de un ayer,
Una alegría difusa despierta en el fondo de estas entrañas,
El coraje levanta mis rodillas rotas y llenas de tierra,
Espero en un quizás que otra mano ciegue mi vista una vez más.

Lyra