martes, 22 de febrero de 2011

Adeus

Adeus

El aire de estos días cada vez más difuso, más complicado de respirar que hace mucho tiempo, mil tribulaciones contempla mi vida en tan solo lo que fue un segundo. Más solo puedo ser clara con una despedida, el dolor agudiza estas ganas de dormir, de desaparecer entre la multitud, mi tren ya no tiene vía, mi tren se ha ido al infierno, mi camino ha dejado de ser para perderse con la rutina de la gente que camina sin saber a que lugar.

Cuántas son las lágrimas que corren por mis mejillas, y aún me pregunto si algún día secarán, porque brotan una a una tras cada respiro, tras cada recuerdo. Tal vez todo lo hice mal, tal vez no debí provocar tantas heridas, más cuando la construcción de lo inexistente se hizo a la par, también fallé, no debí quizás entregarlo todo inmediatamente, pero siendo al contrario de todo supe la capacidad que tiene este ser de amar como nunca, sin límites, sin barreras, sin condición. Todo se arrugo al final de estos días, acabo un sueño sin terminar su feliz final… y ahora… pienso sobre lo que será de este sentimiento que hace de los recuerdos, una amarga sensación de haberlo perdido todo.

Dime tu ángel del amor, es debidamente necesario pasar por este martirio vil, de sentirse vacío, hueco sin su voz, sin sus besos, sin nada. Que cruel has sido al darme los momentos más maravillosos de mi vida y de un momento a otro obligarme a ver la oscura realidad, y que mi alma se sienta rota e incompleta. Acaso no hay otro remedio que terminar amando nuestra propia imagen, de que sirve caminar en este mundo sin una compañía, sin una caricia, sin un te amo?

Comienzo a creer que unos pocos tienen la inmensa fortuna de acompañarse en el camino, de superar miedos, desconfianzas y artimañas de intensiones envidiosas. Tan solo algunos pocos son capaces de leerse el pensamiento y entrelazar sus esperanzas y sueños… pero en este mundo ya no hay eco para estos afortunados.
Que más nos queda, sinceramente no me interesa seguir buscando cuando había encontrado, cuán difícil es despegar de nuevo sin nada… sin alas, ni exilio donde descansar. Solo resta seguir finalizando lo ideales de joven virgen en eso que llaman amor, porque del dolor y felicidad que de este he probado, es todo lo que tenía que saber y vivir. Que él que todo lo ve sepa conducirme en esta estrecha y oscura brecha, desapareciendo lo que soy hoy para siempre… para luego renacer de otra forma, de otro color, de otra madera como dicen por ahí.

Mary Lee…