miércoles, 13 de abril de 2016

A Saramago...

En este mundo existen circunstancias afortunadas, no porque sean misteriosas al llegar, solo creo que son situaciones que deben ocurrir tarde o temprano, no importa el nombre que se le ponga, simplemente ocurren y en el fondo sabemos con alguna certeza que estaba escrito en nuestra memoria.

Entre tantos momentos vividos, entre la innumerable colección de recuerdos, rescato la valiosa necesidad de conocer el mundo a través de las plausibles letras abarrotadas, que se circunscriben en las manos de innumerables y valiosos escritores.

Dos acontecimientos recientes, trajeron a mi memoria un recuerdo inolvidable de mi adolescencia, si bien es cierto, para mí el mejor regalo en épocas navideñas será mi familia íntima. Durante la última celebración de navidad (de paso fin de año 2015), llegó a mis manos un objeto que inmediatamente me refrescó el aroma de hace una década. El segundo acontecimiento, más bien raro por su naturaleza e inesperado, solo fue un mensaje que me recordaba una versión mía más joven, sin embargo ataba cabos con el mismo objeto, un libro…

Hace un poco más de diez años, recuerdo mis ganas insaciables de salir y conocer el mundo por mi cuenta, para entonces ignoraba los giros que daría mi vida, ahora me encuentro dedicada por completo a un oficio que dista muchísimo de la lectura apacible y relajante que te puede brindar la literatura universal. En ésa época, aún me encontraba terminando el colegio, ávida de buscar respuestas y aprender todo lo vanguardista que la ciencia podía ofrecer, sin embargo, nunca deje de lado mi formación en filosofía y literatura, para entonces era cierto que andaba indecisa sobre mi vocación profesional, aunque siempre me incline por las ciencias naturales. En todo caso, la filosofía y la literatura me ofrecían una válvula de escape a la realidad tajante de aquella época y aún conservo esa “atracción fatal” por comprender todos estos temas que te llevan a cuestionar tu propia existencia y te obligan a pensar más allá de la corporeidad real que se hace tangible a través de los “cinco” sentidos.

La dualidad que me compone y que no tiene nada que ver con la mística de la posición de los astros, me obliga a invertir mi tiempo tanto en aprender la naturaleza científica de nuestro entorno, como el construir una imagen del mundo propia además de enriquecer el  “Ser” disfrutando notablemente de las artes.

Considero que la madurez no solo consiste en ganar arrugas y tomar una posición radical, creo que es solo la expresión de una mente con experiencia pero que siempre estará ansiosa de enriquecer el conocimiento de sí mismo y del mundo que lo rodea, por supuesto evitando caer en algún estigmatizado estereotipo. La libertad que da la madurez,  se escribe en una vida sin falsos prejuicios y seductores modelos copiados que encasillan y reducen nuestro poder de raciocinio.

Retomando las circunstancias afortunadas y que me motivan a escribir nuevamente, llegó a mis manos un libro que añoraba tener en mi colección, uno de los tantos escritos por J. Saramago, un escritor que te sumerge en recónditos laberintos de posibilidades pero que al final muestra de manera tácita y lúcida la naturaleza del ser humano. La lectura es vibrante y en algunos casos te provoca una ansiedad de responder algunas líneas que tienen un tinte filosófico. Sin duda, éste escritor ocupa un lugar importante en mi vida. Cuando lees el mismo libro, con una década de diferencia, en ese momento realmente se puede medir que tanto captura la memoria, pero lo más inquietante es descubrir que la forma en que ves al mundo cambia por completo, aunque algunos principios se mantengan intocables al paso del tiempo (que por cierto es relativo). Me sumergí por completo en la nueva lectura, página a página maravilló mi memoria, cada línea fue acogida de manera más profunda, más transcendental y personal. Lo más hermoso de ésta experiencia, fue sentir ese mismo sentimiento de libertad y energía de hace una década, siempre ha estado allí, conservo todavía la capacidad de comprender el mundo de diversas formas, de indagar la transcendencia de nuestros actos, aun cuando el tiempo es certero y te llena de rutina, modas etc. Es afortunado decir, que aún no he cedido esa libertad propia de pensar, de indagar nuestra existencia, de soñar e imaginar lo improbable en medio de esta sociedad torpe y enceguecida.

Olvide una parte de mí, pero ella siempre ha estado conmigo esperando una nueva pregunta que responder. Se vuelven sensibles las fibras, por eso me gustan las letras de Saramago, es su mirada inquisitiva sobre una humanidad al desnudo y sus punzantes frases que quedan imborrables en la memoria. Un regalo maravilloso de una apreciada amiga (Laurita C.) –“Ensayo sobre la ceguera”-.

El miedo siempre atará nuestra libertad de “Ser”.

Aquí dejo algunos fragmentos:

"…Así es el mundo, tiene la verdad muchas veces que disfrazarse de mentira para alcanzar sus fines…"

"…Aunque ese instante de goce supremo pudiera duraros la vida entera, nunca los dos que sois podréis llegar a ser uno solo…"

"…O quizá, ciertas cosas es mejor dejarlas sin explicación, decir simplemente lo que ocurrió, no interrogar lo íntimo de las personas…"

"…No sé si habrá un futuro, de lo que ahora se trata es de cómo vamos a vivir este presente, Sin futuro, el presente no sirve para nada, es como si no existiese, Puede que la humanidad acabe consiguiendo vivir sin ojos, pero entonces dejará de ser la humanidad, el resultado, a la vista está..."

"…Todos se mostraron de acuerdo en que había que cuidar más la comodidad que la belleza..."

"…Acabamos metiendo la consciencia en el color de la sangre y en la sal de las lágrimas, y, como si tanto fuera aún poco, hicimos de los ojos una especie de espejos vuelta hacia dentro, con el resultado, muchas veces, de que acaban mostrando sin reserva lo que estábamos tratando de negar con la boca..."

“…Las respuestas no llegan siempre cuando uno las necesita, muchas veces ocurre que quedarse esperando es la única respuesta posible…”

“…Por favor, no me preguntéis qué es el bien y qué es el mal, lo sabíamos cada vez que actuábamos en el tiempo en que la ceguera era una excepción, lo cierto y lo equivocado sólo son dos modos diferentes de entender nuestra relación con los demás, no la que tenemos con nosotros mismos, en esa no hay que confiar…”

“…Dentro de nosotros hay algo que no tiene nombre, esa cosa es lo que somos…”

“…Las palabras son así, disimulan mucho, se van juntando unas con otras, parece como si no supieran a dónde quieren ir, Y, de pronto, por culpa de dos o tres, o cuatro que salen de repente, simples en sí mismas, un pronombre personal, un adverbio, un verbo, un adjetivo, y ya tenemos ahí  la conmoción ascendiendo irresistiblemente a la superficie de la piel y de los ojos, rompiendo la compostura de los sentimientos, a veces son los nervios que no pueden aguantar más, han soportado mucho, lo soportan todo, era como si llevasen una armadura, decimos,…”

“…Quiere decir que tenemos palabras de más, Quiero decir que tenemos sentimientos de menos, O los tenemos, pero dejamos de usar las palabras que los expresan, Y, en consecuencia, los perdemos,…”

“…Un escritor es como otra persona cualquiera, no puede saberlo todo, ni puede vivirlo todo, tiene que preguntar e imaginar…”

“…Que tiempos éstos, vemos como se invierte el orden de las cosas, un símbolo que casi siempre fue de muerte se concierte en señal de vida…”

“…Un día, cuando comprendamos que nada bueno y útil podemos hacer por el mundo, deberíamos tener el valor de salir simplemente de la vida, como él dijo, Él, quién, Él afortunado de ayer, Tengo la seguridad que hoy no lo diría, no hay nada mejor para cambiar de opinión que una sólida esperanza, Él la tiene ya, ojalá le dure…”

“…Nunca se puede saber de antemano de qué son capaces las personas, hay que esperar, dar tiempo al tiempo, el tiempo es el que manda, el tiempo es quien está jugando al otro lado de la mesa y tiene en su mano todas las cartas de la baraja, a nosotros nos corresponde inventar los encartes con la vida, la nuestra…”

“…Se suele decir incluso que no hay cegueras sino ciegos, cuando la experiencia de los días pasados no ha hecho más que decirnos que no hay ciegos, sino cegueras…”

“…Mírame bien, yo soy la persona con quien tú dijiste que vivirías, y ella respondió, Te conozco, eres la persona con quien estoy viviendo, al fin hay palabras que valen más de lo que habían querido parecer, y este abrazo  tanto como ellas…”

“…Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos, Ciegos que ven, Ciegos que, viendo, no ven…”





miércoles, 6 de abril de 2016

Reloj...



Es tan corta, es tan delicada, es tan efímera... y lo único que se pierde es el tic tac que no descansa.
El día gris se desliza por ésta ventana rota, el frío carcome los ojos cansados y metódicos, pero el tiempo no descansa.

Una sonrisa esquiva se filtra en el rostro, la faz de un mundo nuevo y desconocido, un lugar que se reconstruye con el paso de segundos.

Letras leídas que adquieren un nuevo significado, que permiten el nacimiento de pensamientos nuevos, de ideas lúcidas y brillantes que se van aferrando sin importar los minutos.

Siempre regresa amiga soledad, regresas con una calidez inusual, una alegría inmensa, bienvenida eres, ya estaba lista con mi pluma y la ansiedad que provoca el pasar de horas.

Mi alma se siente libre, una sensación que te hace sonreír sin motivos, un momento que te lleva fuera de sí aunque los días se acaben.

En las manos pasan los libros de la experiencia, las anécdotas que reescriben la historia propia, las arrugas que ganas al descubrir algo nuevo, las ojeras con motivos imborrables, la misma historia desde un punto de vista diferente, la complejidad del pensamiento y los diferentes rostros grabados en nuestra piel… todo esto pasa y con los años las hojas en blanco se van agotando.

Un libro blanco, rayado, ajado, roto, imaginario, indescriptible y maravilloso, que basta para escribir el alma sin importar los milenios.


Malery

jueves, 31 de marzo de 2016

PASAJE...


Saludas la mañana y sales a caminar, entre calles tus ojos guardan miradas y sonrisas, tejes las historias que pudieron ser pero no fueron, tu cabeza te muestra los mil caminos del zorro.

Cuántas risas entre callejones desiertos, cuánto ruido que pasa frente a las miradas impotentes, de repente te llena el sentimiento de observar un mundo exhausto y quedas con el presagio de que no hay más secretos por descubrir.

La soledad embate con fuerza tu cabeza una vez más, pero ésta vez la soledad entra para quedarse entre tus huesos, es una soledad dócil y grácil para tus pensamientos, tan apacible como para cerrar tus ojos y descansar de la rutina.

Cerrar los ojos para no pensar en un quizá, sentir la suave brisa que acaricia tus mejillas en tarde frías, después de todo la soledad recupera la esencia del ser, permite que la musa vuelva visitar las ventanas del pensamiento.

Es extraño que esa querida musa me visite ahora, me encuentro algo añeja por el tiempo ya vivido, por las experiencias dejadas en el rincón, porque lo sé musa amada, tú eres la misma soledad, una soledad que recibo con una extraña alegría y serenidad.

Al final el tiempo hace su cometido…





Malery

viernes, 16 de octubre de 2015

Una más ... Realidades obvias…



Me encanta escribir en tiempos cortos pero completamente míos, abstraída de la realidad inmediata, abstraída de un mundo sonoro o más bien ruidoso y convulsionado. Sin duda escribir me relaja en medio del estrés del día a día.

En esta entrega de pequeños fragmentos y para quienes siguen estos retazos que me recuerdan viejas épocas, me he centrado en analizar cosas trascendentales del diario vivir. Desde que tengo uso de razón leía escritos confusos de personajes singulares y en algunos casos considerados muy amargos para su época (yo diría realistas), me gusta percibir sentimientos ocultos tras letras abstractas y complejas. A medida que avanza éste camino el tiempo se vuelve un “San Gréal”, todo es cuestión de tiempo: las relaciones, los amigos, la familia, el trabajo, el estudio y en esa medida tu rol día a día se vuelve impredecible.

Existen circunstancias que nos dejan vacíos, sobre todo cuando entregas más de lo que te piden o esperas demasiado de aquellos que te rodean, estos escenarios sin duda afectan nuestra vida porque atraen sentimientos de desilusión, decepción y algunas veces te sientes traicionado. Sin embargo, este tipo de sucesos en vez crear una coraza defensiva ante el entorno nos debería llenar de discernimiento para evaluar el error, finalmente aunque suene trillado la mayoría de las veces en nosotros mismos está la respuesta. Es frecuente buscar la razón de nuestros problemas en los demás pero nunca nos detenemos a evaluar nuestro actuar para encontrar el meollo del asunto.

La cruda realidad es que a veces las personas sonríen de más, invocan buenos deseos, acompañan por momentos pero finalmente el camino es de una sola persona, encontrar el equilibrio de lo que entregas al mundo es fundamental para evitar el drama de la entrega desmedida y no correspondida. Supongo que la misma vida te muestra las opciones y te permite decidir cambiar los desenlaces.

Estoy convencida que debes tomar muchos atajos para ser feliz. La lealtad no es con los demás, realmente es con uno mismo y su esencia, sin que esa decisión implique ser deshonesto y falso (eso es otro cuento). Algunos nacimos bajo la estrella del cambio constante, de la inestabilidad edificante, servir de conexión para otros aunque pasemos inadvertidos después de un tiempo, en esa medida tienes algo de libertad para ser tú mismo sin tanto drama. 

Malery (Mary L. B-L)
Derechos de autor ©

Realidades... Reflexiones... Obvias...

Reflexiones obvias I

Los amores tóxicos, te vuelven ciegos, mudos y sordos frente a la realidad. El amor entre dos personas debe darse con respeto, es acompañar en el camino hasta cuando sea posible, ser un apoyo incondicional,el amor te permite estimar a esa persona y llevarla a un estado de PAZ y FELICIDAD. 

Nada peor que confundir el amor con el querer cambiar tu esencia para suplir en una sola dirección las necesidades del otro, cambiar tus creencias para estar a su lado, mutilar tu libertad para darle felicidad y aceptar las migajas de un amor falso. Por eso, cuando se sufre por amor, cada quien es culpable de lo que eligió, toda clave para evitar el amor tóxico es saber elegir. Pero antes de elegir amar a otra persona, debes aprender a respetar tus propias creencias y valorarte tal cual eres. Amarse a si mismo y dejar de buscar copiar estereotipos de otras personas, valorar el sentido de ser único en el mundo con nobleza.





REALIDADES OBVIAS III?

Cuándo se hace un alto en el camino y dedicas un tiempo para ti mismo, te das cuenta que la soledad que pesa tras el nacimiento te hace más consciente de tu responsabilidad para seguir alcanzando tus sueños. Hace un tiempo, me preguntaba sobre la amistad, lo cierto es que la compañía esta en todos los momentos, con diversas caras y nombres, pueden ser efímeras o duraderas, pueden fuertes por un tiempo hasta desaparecer. Por eso la lealtad, sinceridad, apoyo y preocupación de los que nos acompañan se vuelven recuerdos valiosos en esos momentos instantáneos que sentimos ese abrazo cariñoso. Amigos de toda la vida, amigos de momentos... no hay diferencias, lo que nos alimenta es la alegría que queda en la memoria de lo que es o de lo que fué.





REFLEXIONES OBVIAS IV?

En conclusión, todos vivimos con algún conflicto personal, vivimos en el limbo de hacer las cosas bien, no tan bien o no hacerlas. Lo complejo del asunto, es lidiar con la culpa, cuando sabes que debiste esforzarte mucho más para alcanzar las cosas, cuando te das cuenta que pudiste aprovechar mejor el tiempo, cuando tienes que retomar las cosas que dejaste a medias, cuando eres consciente de haber dejado pasar oportunidades que no regresan... Las circunstancias que rodean el intelecto humano y su comportamiento no dejan de ser una maraña de hilos que se van enredando a medida que se "madura" (si!... te haces "viejo"), al final la felicidad se encuentra entre menos enredos tenga esa maraña de transcendentalismos. Es fácil decir que en lo simple y sencillo de la vida está todo lo que necesitamos para alejar ese existencialismo de culpa durante el transcurrir de la vida, sin embargo retomar esa simplicidad que no significa "pobreza" parece ser la tarea más difícil de todas: "Hacer las cosas bien, no dejar pasar oportunidades, esforzarse y dar todo de sí". 



Malery (Mary L. B-L)

Derechos de autor ©




martes, 28 de octubre de 2014

DE NUEVO!!!!!




El verdadero valor de la soledad es reconocer que en nuestras propias manos está nuestra felicidad, en lo poco o mucho, en los tiempos solitarios y hasta tristes. Cuando sientas el mundo en una mano, cuando sientas la libertad de controlar tu vida, lo que te gusta, lo que dices o haces, es allí donde toma sentido la vida aquí y ahora. 

La felicidad no es otra cosa que vivir cada día tratando de conquistar la libertad de decidir sobre tu propia vida. Son pequeñas conquistas las que van llenando el rompecabezas… En soledad sobran y bastan mis propios retoños, chispazos y pesadillas para ocuparme tratando de buscar salidas y pequeñas revoluciones para conquistar poco a poco los retazos de esa libertad. 

Palabras menos palabras más, es tan íntimo el asunto que solo necesitamos vivir plenamente, decir y actuar no por lo que diga el mundo, sino por lo que añoramos vivir, no encuentro un camino más simple para encontrar la felicidad en nosotros mismos…

Malery again!

lunes, 13 de febrero de 2012

Mi querida Abuela!!!!




Aunque llevo un poco mas de cuarto de siglo sumida en esta realidad tan llena de todo y nada, sin creer que ya estoy muy vieja recuerdo muy bien aquellas épocas en las que crecí al lado de mi abuela materna. No niego que tengo muchos rasgos de su personalidad a veces tajante y otras tantas jocosas. Aunque no se encuentra ahora con nosotros su recuerdo es tan tangible como hace 20 años, cuando aún era una niña, esas niñas que les gustaba jugar en triciclo, en las ruedas giratorias, los columpios y sumida entre los libros quienes parecían el mayor avance de tecnología para mi en ese entonces; claro! sin descartar aquel radio plateado que acompañaba nuestras tardes y que luego fue compañero de un radio café con un sonido espantoso que nos levantaba cada mañana, este ultimo siendo el más sofisticado.

Las cosas cambian a pasos agigantados y me sorprende ver la infancia de ahora comparada con la mía, el tiempo va sin prisas pero nos aleja rápidamente del pasado, la vida es tan corta y efímera que a veces la desesperación de no alcanzar la “estabilidad” nos detiene pero nos da fuerza esforzarse día a día. En nuestros días no se nos permite sentir fatiga por que la gran mole de concreto nos devora, entonces hay que seguir corriendo contra el tiempo y lograr el terruño propio o en ultimas dejar que el destino redirija los caminos y las salidas posibles de este laberinto social.

Me desvié cortamente de mi relato, es cierto, me esfuerzo por percibir de nuevo los colores, olores y aquellas imágenes que quedan filtradas y estampadas por siempre en mi memoria, a veces creo que tengo una memoria infalible para ciertas cosas, las mejores y las peores… aunque no niego que me encantaría tener la memoria de una vieja amiga de biología… mmm me encantaría aprenderme todos los nombres científicos de mis queridas plantas uff!! Pero me cuesta jajaja… sigo empeñada en superarlo.

Mi memoria que es más social y sentimental, recuerda las múltiples vivencias con mi querida abuela. Me atañe la incertumbre de cuantas canas le saque a mi madre y abuela por que en ese entonces solo éramos nosotras tres contra el mundo, yo era una niña inquieta, despierta, podría decirse que hiperactiva pero siempre con los pies puestos sobre la tierra (Mamá si lees esto créeme que nunca me gustaron esos zapatos ortopédicos… por aquello del pie plano pero que frustración prefería los tacones .. jajaja). No tuve muchos lujos, era consentida si! lo admito como toda hija única puede llegar a serlo, pero a diferencia de muchos hijos únicos no crecí en una burbuja de cristal, la realidad y las dificultades se mostraron tal cual.

Muchos pedacitos de lo que soy hoy se los debo a ellas dos, y después a mi padre (no le quito crédito jajaja). Siempre he pensado que gran parte de mi felicidad se cultivo en esa época y comenzare por comentar algunas pocas de las muchas vivencias con mi abuelita. No todo fue color de rosa, pero prefiero recordar todo lo gratificante del compartir con ella… mi Abuela. En ese entonces era una amante de la lectura (¿Porqué?, ¿Cómo?, ¿Para qué?, ¿Quién?, ¿Dónde?, ¿Cuándo?) me encantaban los cuentos y las historietas (Andersen, 365 cuentos, los hermanos Grimm, La Odisea, Jairo Anibal Niño, las historietas de Mafalda, He-Man entre otros).

Mi abuela fue una guerrera pero esa historia no me corresponde, donde vivíamos tenía su droguería y además ofrecía sus servicios como modista, por esta razón era la enfermera de cabecera cuando me daban las crisis asmáticas y nos confeccionaba todo tipo de ropa, además tejía unos sacos preciosos. En esa época yo estaba incursionando por primera vez en el mundo académico. Recuerdo mi primer día de clases, en la madrugada estrenando el uniforme que en parte lo había echo mi abue, mi madre estaba emocionada tomándome fotos; a la salida de ese día recuerdo la mirada atónita de mi madre cuando me observó saliendo del colegio, mi aspecto era como si un huracán me hubiese pasado por encima (algún día colgare esas fotos). Como mi madre trabajaba mi abuelita era la que siempre me recogía en las tardes y cuidaba de mí; nos acompañaba siempre un tris de perro que se llamaba “Troski” (mi primera mascota), era un “chandocito” bien cuidado.

No olvidaré las tantas veces que jugábamos a la secretaria, o a la asistente de confección. Con ella aprendí a cocinar “Aguadepanela”, “Caspiroleta”, “Corta picos” y agüitas aromáticas, esos fueron mis súper logros culinarios en mi corta existencia, también le ayudaba con las arepas, con su remedio para el cabello y le ayude ha coser unos redondetes de un cubre-lecho que aún conservo. Lo que me fascinaba era que me dejaba coser en la máquina, yo recogía los retazos y me sentaba a confeccionar ropa para mis muñecos, ella encantada solo me decía que tuviera mucho cuidado con la aguja de la máquina.

En dos ocasiones le hice pasar un susto terrible, la primera fue en un Cafam, (supermercado) me escondí debajo de la caja registradora y mi Abue revoluciono a todo el mundo buscándome, al final salí y le dije tranquilamente –Abuelita, ya nos vamos?- y ella mirándome fijamente dio un suspiro y me abrazo; la segunda vez, fue una tarde que me escondí debajo de su silla, ella comenzó a buscarme con desespero por toda la casa y yo no salí, hasta que exhausta se sentó en las escaleras y con lagrimas me pidió que saliera, conmovida salí llorando para pedirle perdón, recuerdo que me decía –Mary Lee, si tu te pierdes yo me muero porque no tendría cara para mirar a tu mama y decirle que se me perdió-.

No solo jugué a las escondidas, una vez ella había confeccionado una falda blanca preciosa y yo estaba dibujando con unas crayolas, tomé una de color naranja y me senté debajo de la mesa de planchar, después ella se acercó y se dispuso a planchar la falda, yo mire la plancha y coloque inocentemente la crayola sobre la superficie caliente, recuerdo ver como se derretía suavemente; mi abuela ignorando todo lo que pasada debajo de la mesa de aplanchar, puso la plancha sobre la falda y dio un grito… podrán imaginar lo que pasó (mi madre luego me dio unas buenas nalgadas).

Así pasaban las tardes, entre travesuras, risas y correcciones de mi abuela. Son tantas las anécdotas que se me hace increíble que mi abuela no esté entre los vivos, porque en mi corazón siempre está muy presente. Ya son varios años, pero no olvidare nunca tu dedicación, tus cuidados y sobre todo esas tardes entre hilos, telas, boleros, olor a papas con queso, risas por mis aciertos y desaciertos, esas tardes de regreso al colegio junto con “Troski” el fiel amigo, retazos que terminaban en las muñecas, mariposas que terminaban en la frente y muchas de nuestras noches con el olor a limon de tu cabeza y los especiales de Hitchcock. No olvido cuando queme las cortinas de tu habitación sin decir una sola palabra, recuerdo asustada como intente apagarla pero lo logré, el asombro y las preguntas vinieron después.

Espero en otro momento seguir alimentando mi memoria contigo abuela!!!

Mi abuela:
Leonor Sánchez Torres celebrando su natalicio!!! ¡Es la única fecha que quiero recordar! ¡Estés donde estés te sigo queriendo!

14 de Febrero... mañana