jueves, 25 de septiembre de 2008

Momentos

Existen lapsos de tiempo que se vuelven intocables, recuerdos que dejan de ser memorables, por que de un momento a otro algo nuevo crece. En mi jardín crecieron mil vivencias de fuego, de llanto de risas increíbles, pero nunca nada de lo que allí estuvo fue duradero, todo pasó y se fue como el río que sonando lleva piedras. Sin embargo después de mucho tiempo he logrado descubrir una huella, una efigie de marcas imborrables, como fósiles que quedan estampados en la pared de mi mente, y me doy cuenta que eso reconstruye lo que soy, de eso se compone la fina mezcla de lo burdo, prosaico y rebelde que decora mi alma. 
Nunca es tarde para escribir momentos en los que nos miramos al espejo y observamos los cambios en nuestros gestos y pareceres. Ninguna lucha o herida fue en vano, de no ser así no podría cuidar de mi camino. 
Hoy en una madrugada de sueño y frío, con certeza sé que lo que permite que siga en camino sin flanquearme, es la promesa de lograr la confianza, la fé y la bondad de lo vivido cada día, con el sueño de alcanzar la tranquilidad. Ahora que me acompaña una mano cada día he de cambiar mi caminar errante, para quedarme en una nueva tierra y allí dedicar todos mis esfuerzos por sobrevivir.


lunes, 22 de septiembre de 2008

I "Pensamientos de Mediodía"

Los pensamientos se quedan en la comisura de la boca,
Mientras afuera la mole de piedra camina,
 La sed maldice este cuerpo olvidado por la vida,
dejando el suspiro como el verso sacro de la muerte.

Las venas corren como ríos pusilánimes,
como el que no sabe para donde va,
sin rumbo, siempre sin destino hacia el abismo
ríos rojos que poco a poco se van secando.

Imágenes cruzan las esquinas del recuerdo,
evocan la sonrisa de un beso trabado por el odio,
aman ladronzuelas de minutos largos,
para solo recordar un placer, un adiós sin compromiso.

Es inevitable querer morir en medio del polvo,
querer despedir el mundo festejando su vacua sabiduría,
para yacer en medio de florecillas exquisitas y hermosas,
dormir por siempre en el mar del silencio profundo.

Camellia