lunes, 21 de enero de 2008

Ciudad Maquina

Allí se encuentra el señor sin rostro, las mil caras, aquel ser que solo siente vacío. El viento rompe las calles, eleva la poca hojalata que se impone sobre el basurero, el hombre esta de espaldas, sobre la sosegada calle empedrada y de metal; su vestido de paño descolorido brilla en frente de la calle vacía, lleva en su mano una muñeca destrozada que acompaña su soledad.

Que hay dentro de mi mente? Preguntó plausiblemente aquella alma, buscando una forma de desatar los hilos que le manipulaban, deseando salir de si, y que solo su silueta se marcara en el horizonte, pregunto una y otra vez, sin embargo no hallo la respuesta.

Caminó por la ciudad fantasma buscando sentimientos que le hicieran recordar su origen y su sentido; ahora su estado oscilaba de felicidad a tristeza, cada ir y venir poco a poco fue enloqueciéndolo; y allí encontró el sentido, la eterna locura marcaría su destino.

Después de su largo caminar incoherente, se refugio en su gruta; allí donde solo lo acompañaba una silla, una cama maloliente; y la única ventana por donde se filtraba un rayo de sol agonizante.

Se preguntó cuál era su naturaleza; se quito la ropa y se sentó frente al rayo de sol, sintió como nunca antes la débil calidez en su cuerpo, poco a poco comprendió que su carne estaba viva; y que su cuerpo era como el polluelo que pide comida, escucho sus fluidos, su estomago retorcerse, y elevo sus ojos cuando poco a poco se formaron pequeñas gotas de sudor; conciente de su naturaleza, ahora debía comprender el como sentir lo externo; utilizo como únicas herramientas sus manos, boca, nariz, oídos y sus ojos; su plato de comida ya estaba infestado por cucarachas, tomó una y la metió en su boca, empezó a combinar las sensaciones, y su conciencia se agudizo, puedo ver que su carne podía establecer lazos con otro ser, y que tenía el poder suficiente para destruirle .

Su cuerpo se retorció, su mente cayó ante el ataque esquizofrénico de una secuela de infancia. Sus ojos se doblaron, y la realidad se nublo, ahora veía su cuerpo lanzado sobre el suelo de su habitación, y el llegar de mil mariposas con sus recuerdos, su caminar, su soledad.

Decidió mantenerse en esencia sobre la ciudad fantasma, recorrer sus pasos una y otra vez, se conjuró para estar encerrado en la maquina de su mente; aún no comprendía que estaba muerto, pensaba que solo era un sueño que caía y se levantaba de nuevo, y que su locura había segado su sentir físico. Aquel ser perdió el sentido de la verdad, y simplemente lo reemplazo por una mentira creada, un espejo de donde nunca podrá ni parar ni seguir.

Encontro en un todo la contradiccion de no saber si estaba vivo o muerto.

Malery

Un intento de historia corta y difusa

1 comentario:

Unknown dijo...

Sublime o simple...
Como se definirìa su vida extraña, quienes son los que tienen el privilegio de conocerla sin mascara, envidio y anhelo poder descubrir su rostro en medio de una urbe desolada..

Mis respetos,

Allende