El aquenio se encuentra sellado,
el estandarte se ha caído de su gloria,
sus guerreros han sido ultrajados por el hades,
y la victoria yace ahora como derrota.
Las espadas se doblaron ante el fuego,
la fe se agotó como la luz en el ocaso,
todos los sueños de victoria,
quedaron destrozados ante los dragones.
Quien podría predecirlo?
acaso los dioses no estaban olvidados,
bastó un soplo, un respiro de orgullo humano,
y la furia por la mezquindad los ha resucitado.
Sus dragones han comenzado la primera venganza,
acoplan sus envergaduras con la magia más poderosa,
y aquellos guerreros tan solo son fichas de un juego,
un juego donde la magia es la que obtiene la victoria.
El tiempo se remonta a nuestra prole,
en el momento real donde se ha olvidado la conciencia,
donde somos ciegos andantes de una rutina,
buitres que solo recuerdan las perdidas mágicas.
Progenie maldecida por los dioses,
desterrada de la opulencia sabia,
maldita por demacrar las raíces de la bondad,
y estéril por la cobardía de sus pasos.
Malery
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