En la tarde mientras el sol caía,
Se levantaron las voces del olvido,
Se avergonzaron los cuervos por la naturaleza,
Esa forma absurda del ser humano.
Se cayó el velo de las mentiras,
Su peso clavo la daga en el infierno,
Una enorme sombra bramo desde la oscuridad,
el abismo vomito el odio convertido en fuego.
El amor se convirtió en odio eterno,
La ternura se mezclo con la perversión,
El olvido robo todos los recuerdos de un pasado mejor,
Y de repente emergió un nuevo rostro desde el fango.
Un rostro sereno en medio del final,
Una luz en medio de la oscuridad profunda,
Una espina en medio de almohadones de terciopelo,
Un alma que no conoce la mentira en la derrota.
Los hipócritas conocerán con amargura sus pasos,
No mirará las migajas de su pasado,
Cruzara el averno maldito,
Llegara a su jardín anhelado,
Donde el silencio y el amor verdadero serán sus estandartes,
Solo allí descansará de su armadura, y limpiara su alma de cada injuria.
Malery
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